Desde la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Fuengirola, se anunció a bombo y platillo la llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente a la localidad, por primera vez en helicóptero tras varios años llegando en tren, y aterrizarían en el recinto Ferial. Días después se corrigió la noticia anunciando que el lugar elegido para la recepción de los Reyes Magos sería el césped del campo de fútbol del nuevo Estadio Elola, que de alguna manera hay que promocionar el proyecto y las obras.
Todo estaba previsto; el inicio desde Los Boliches del desfile de la Cabalgata y su corte de fantasía, con la participación de maravillosas carrozas, la ambientación musical de la banda de cornetas y tambores, grupos de animación y pasacalles de zankilandia, trovadores...
Los niños estaban encantados con la lluvia de caramelos, unos los lanzaban desde las carrozas, otros los cogían entre las risas de una fiesta infantil muy esperada. Y de repente, asistimos estupefactos a una nueva entrega de derroche de imaginación del Equipo de Gobierno: en muchos de los envoltorios de los caramelos que lanzaban los niños aparecía el logo promocional del Partido Popular dejando una enorme mancha naranja a su paso. Se estaba utilizando una fiesta netamente infantil, que pagamos todos, para hacer propaganda electoral del partido que nos gobierna.
Doña Esperanza había convertido la cabalgata de los Reyes Magos en el primer acto electoral de las próximas elecciones. Simplemente impresentable, bochornoso y poco ético, un hecho insólito en Fuengirola, usar la ilusión de los más pequeños para fines políticos. Los padres están aún perplejos ante la indecencia y la inmoralidad de este reparto popular; sabotear un acto institucional tradicionalmente ajeno a la política, en propaganda preelectoral.
En el Partido Andalucista todavía no hemos podido encontrar explicación al hecho de que sus Majestades de Oriente sean afines al Partido Popular. Ahora queda esperar una explicación por parte de la señora Alcaldesa. A fin de cuentas, mientras por un lado, en Sevilla, predica contra las campañas preelectorales de la Junta tachándolas de partidistas, por otro en Fuengirola, sigue comportándose como la dueña del cortijo.
Suponemos que este reparto insólito de caramelos electorales se habrá debido a que les sobraron muchos de la campaña en las pasadas elecciones municipales así que, oh casualidad, para la cabalgata de Reyes han decidido gastarlos, queremos suponer que para ahorrar un poco en el gasto del ayuntamiento, claro, porque no es nuestra intención pensar mal.
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