Unas obras paralizadas desde 2004, cuyos responsables de ponerlas en marcha ignoran los intereses de comerciantes y vecinos de la zona, que deben estar por encima de las rencillas políticas.
En pleno ordinario de la Corporación, pudimos oír las explicaciones de la alcaldesa de Fuengirola sobre los motivos por los que las obras de la cuarta fase del Paseo Marítimo de Carvajal se encuentran paralizadas, después de cuatro años de negociaciones, culpando de ello al Partido Socialista. Este, por su parte, culpa al Partido Popular de no ser diligente con estas obras, que deberían de estar ya finalizadas.
Las explicaciones son claramente acusatorias, nada constructivas, como para permitir que cambie de forma satisfactoria la situación en la que se encuentra este proyecto en la actualidad. Y mientras tanto, unos por otros, y las obras están sin realizar. Los perjudicados, como siempre ocurre en las desavenencias de estos dos grupos políticos, son todos y cada uno de los fuengiroleños, los comerciantes y vecinos que tenemos que soportar los retrasos en la remodelación de una zona marginada de la ciudad.
Desde el Partido Andalucista ya hemos expresado en más de una ocasión los problemas que ocasionan estos comportamientos, cuando se anteponen los intereses de Partido a los intereses generales de la ciudadanía. Los Andalucistas criticamos en su día la paralización de una obra que ya deberíamos de estar disfrutando todos. La anulación del proyecto por parte del PSOE y PP con baladí argumento, con justificaciones poco o nada convincentes, solo sirven para perjudicar la imagen de Fuengirola, y no benefician en nada a la zona que aparece en un estado lamentable.
Hay que responsabilizar de todo ello al Ayuntamiento, que desde hace años ha abandonado a los vecinos de Carvajal a su suerte. El retraso de las obras no debe ser motivo para no llevar a cabo ninguna actuación en materia de mejoras, y se mantenga, como se ha hecho por parte del Consistorio, sin remodelación alguna des-de el año 2003. Sólo hay que visitar la zona para comprobar el estado lamentable de los pasos de cebra, jardines sin plantas, los aparcamientos sin señalizar, acerados rotos, carencias que sólo sirven para que los vecinos y comerciantes se sientan los grandes marginados en una ciudad que está de “moda”.
En pleno ordinario de la Corporación, pudimos oír las explicaciones de la alcaldesa de Fuengirola sobre los motivos por los que las obras de la cuarta fase del Paseo Marítimo de Carvajal se encuentran paralizadas, después de cuatro años de negociaciones, culpando de ello al Partido Socialista. Este, por su parte, culpa al Partido Popular de no ser diligente con estas obras, que deberían de estar ya finalizadas.
Las explicaciones son claramente acusatorias, nada constructivas, como para permitir que cambie de forma satisfactoria la situación en la que se encuentra este proyecto en la actualidad. Y mientras tanto, unos por otros, y las obras están sin realizar. Los perjudicados, como siempre ocurre en las desavenencias de estos dos grupos políticos, son todos y cada uno de los fuengiroleños, los comerciantes y vecinos que tenemos que soportar los retrasos en la remodelación de una zona marginada de la ciudad.
Desde el Partido Andalucista ya hemos expresado en más de una ocasión los problemas que ocasionan estos comportamientos, cuando se anteponen los intereses de Partido a los intereses generales de la ciudadanía. Los Andalucistas criticamos en su día la paralización de una obra que ya deberíamos de estar disfrutando todos. La anulación del proyecto por parte del PSOE y PP con baladí argumento, con justificaciones poco o nada convincentes, solo sirven para perjudicar la imagen de Fuengirola, y no benefician en nada a la zona que aparece en un estado lamentable.
Hay que responsabilizar de todo ello al Ayuntamiento, que desde hace años ha abandonado a los vecinos de Carvajal a su suerte. El retraso de las obras no debe ser motivo para no llevar a cabo ninguna actuación en materia de mejoras, y se mantenga, como se ha hecho por parte del Consistorio, sin remodelación alguna des-de el año 2003. Sólo hay que visitar la zona para comprobar el estado lamentable de los pasos de cebra, jardines sin plantas, los aparcamientos sin señalizar, acerados rotos, carencias que sólo sirven para que los vecinos y comerciantes se sientan los grandes marginados en una ciudad que está de “moda”.
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