La ciudad de Fuengirola se ha vestido de luto por el fallecimiento, el pasado 28 de Agosto, del doctor Don Manuel García Verdugo hijo adoptivo de la ciudad. Moría a los 90 años de edad dejando atrás una larga trayectoria profesional. Fue protagonista a lo largo de su vida de diversos homenajes por parte de los fuengiroleños. El 15 de julio de 1977 celebró sus más de 25 años como médico de Fuengirola. En esa fecha, se le concedió el Escudo de Oro de la Villa y se bautiza con su nombre a la calle del ambulatorio de Fuengirola. Cuenta también con un busto en la plaza de España. Además, el 3 de abril del año 1994 se le nombró en sesión plenaria “Hijo Adoptivo de la Ciudad”.
Llegó a Fuengirola en 1949 procedente de Madrid para ocupar su plaza de médico titular. Se encontró con un pueblo pequeño, de pescadores, de cuatro o cinco mil habitantes, y le cautivó. Llegó sólo para unos meses y se quedó para siempre. Su objetivo, mejorar la calidad de vida de sus vecinos que en aquella época vivían en una situación "muy delicada" por los efectos de la posguerra.
Larga trayectoria. Desde entonces desempeñó una labor impecable tanto a nivelpersonal como profesional convirtiéndose en uno de los personajes más queridos de la ciudad. Conocido entre los vecinos como “el médico de los pobres”, demostró a lo largo de su trayectoria médica un enorme interés por ayudar a los más desfavorecidos. Entre sus esfuerzos destacan las primeras campañas de vacunación, hecho que hizo que muchos niños pudieran salvar sus vidas, o su interés por conseguir la primera ambulancia para el municipio.
Llegó a Fuengirola en 1949 procedente de Madrid para ocupar su plaza de médico titular. Se encontró con un pueblo pequeño, de pescadores, de cuatro o cinco mil habitantes, y le cautivó. Llegó sólo para unos meses y se quedó para siempre. Su objetivo, mejorar la calidad de vida de sus vecinos que en aquella época vivían en una situación "muy delicada" por los efectos de la posguerra.
Larga trayectoria. Desde entonces desempeñó una labor impecable tanto a nivelpersonal como profesional convirtiéndose en uno de los personajes más queridos de la ciudad. Conocido entre los vecinos como “el médico de los pobres”, demostró a lo largo de su trayectoria médica un enorme interés por ayudar a los más desfavorecidos. Entre sus esfuerzos destacan las primeras campañas de vacunación, hecho que hizo que muchos niños pudieran salvar sus vidas, o su interés por conseguir la primera ambulancia para el municipio.
El Dr. García Verdugo fue, para todos los Fuengiroleños, Don Manuel, el medico más querido por los vecinos debido a su humanidad y sabios consejos. Una buena persona, humilde, sencilla, siempre ayudando al que lo necesitaba. Un caballero, que no se dedicó a crear riqueza, sino hacer más digna aún su profesión, más humana. Para Don Manuel la parte económica era lo de menos. Cuando los más humildes le pedían el importe por el acto médico les contestaba “bueno, ya veremos” y les dejaba la receta y bajo ella algún dinero para pagar la medicina en la farmacia. No ha muerto millonario, pero sí contento de su paso por la vida ayudando a sus semejantes.
La edad hace que las personas pierdan el contacto con los demás, pero a Don Manuel sus vecinos nunca lo olvidarán. La capilla ardiente, instalada en el salón de plenos del Ayuntamiento, la misa en su memoria en la Iglesia del Rosario, y el emotivo acto de su entierro, donde acudieron para darle su último adiós multitud de amigos y familiares, y en el que se le despidió con una cerrada ovación, la misma con la que sin dudarlo será recibido allá arriba, en la Gloria, ganada con todo merecimiento.
Descanse en paz, Don Manuel.
La edad hace que las personas pierdan el contacto con los demás, pero a Don Manuel sus vecinos nunca lo olvidarán. La capilla ardiente, instalada en el salón de plenos del Ayuntamiento, la misa en su memoria en la Iglesia del Rosario, y el emotivo acto de su entierro, donde acudieron para darle su último adiós multitud de amigos y familiares, y en el que se le despidió con una cerrada ovación, la misma con la que sin dudarlo será recibido allá arriba, en la Gloria, ganada con todo merecimiento.
Descanse en paz, Don Manuel.
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