El Partido Andalucita considera como perjudiciales para la democracia las mayorías absolutas, como es el caso de Fuengirola, donde el PP lleva gobernando varias legislaturas en esas condiciones. Esto los ha convertido en gobernantes con prepotencia, con soberbia, poco o nada dialogantes con los grupos de la oposición, lo que les lleva a hacer su santa voluntad, obviando unos derechos otorgados en las urnas por el pueblo soberano.
En muchos casos la arrogancia del poder lleva al desprecio del oponente, con lo que se pierde la credibilidad humana. Eso se da con demasiada frecuencia en nuestro municipio, donde se hace gala de enfrentamientos dialécticos de grueso calibre en nombre de no se sabe muy bien qué. En estas condiciones, el Partido Andalucista y las demás fuerzas políticas en la oposición, no hemos podido exponer nuestras mociones con la garantía que exige la democracia, quedando por tanto huérfanas, aprobándose en cambio asuntos de vital importancia para el municipio en Junta de Gobierno Local donde sólo está presente el PP en lugar de hacerlo en Pleno corporativo con todos los grupos representados, como debería ser lo correcto.
Pero si hay un uso descarado y partidista de esta mayoría absoluta en Fuengirola lo encontramos en la FTV y su gabinete de prensa. Esto supone una discriminación total con respecto a los grupos de la oposición que no tienen acceso a este medio de comunicación. La objetividad, que debería ser fiel reflejo de la idea política a la que se defiende, desafortunadamente carece de la transparencia e imparcialidad precisas. Por parte del PP se utiliza como amo y señor al más puro estilo decimonónico, olvidando descaradamente que tal medio se financia con los impuestos de todos los ciudadanos y debe de estar, por tanto, al servicio del pueblo.
Los Andalucistas hemos criticado esta forma de gobernar desde que tenemos representación municipal, encontrándonos siempre con el muro incomprensible de la mayoría absoluta. El Ayuntamiento convoca plazas de oferta pública de empleo con escasa información a los ciudadanos, pero no obstante se informa a los amigos. Se aprueban las ventas del Patrimonio Municipal sin el concurso de los partidos de la oposición, evidentemente porque el PP tiene la mayoría. En más de una ocasión se han pedido créditos cuantiosos que engordan las deudas municipales, y que provocan veladas subidas de impuestos.
Otro aspecto grave del hacer de esta mayoría absoluta es cómo se utiliza a los trabajadores municipales en asuntos partidistas como el reparto de prensa propagandística y folletos con fines políticos.
Si nos oponemos con la mayor firmeza a estas mayorías absolutas, es porque el bipartidismo fáctico, con el eficaz concurso de la regla D’Hont, favorece de manera descarada la constitución de estas mayorías absolutas parlamentarias, que no sociales, y que son más que negativas. Liberados del deber de moderarse y de buscar alianzas, los gobiernos locales de mayoría absoluta se caracterizan invariablemente por su soberbia, su arbitrismo y su desdén hacia las minorías, que difícilmente pueden hacer valer sus propuestas a la sociedad. Como siempre, el pueblo soberano tiene en su voto la solución.
En muchos casos la arrogancia del poder lleva al desprecio del oponente, con lo que se pierde la credibilidad humana. Eso se da con demasiada frecuencia en nuestro municipio, donde se hace gala de enfrentamientos dialécticos de grueso calibre en nombre de no se sabe muy bien qué. En estas condiciones, el Partido Andalucista y las demás fuerzas políticas en la oposición, no hemos podido exponer nuestras mociones con la garantía que exige la democracia, quedando por tanto huérfanas, aprobándose en cambio asuntos de vital importancia para el municipio en Junta de Gobierno Local donde sólo está presente el PP en lugar de hacerlo en Pleno corporativo con todos los grupos representados, como debería ser lo correcto.
Pero si hay un uso descarado y partidista de esta mayoría absoluta en Fuengirola lo encontramos en la FTV y su gabinete de prensa. Esto supone una discriminación total con respecto a los grupos de la oposición que no tienen acceso a este medio de comunicación. La objetividad, que debería ser fiel reflejo de la idea política a la que se defiende, desafortunadamente carece de la transparencia e imparcialidad precisas. Por parte del PP se utiliza como amo y señor al más puro estilo decimonónico, olvidando descaradamente que tal medio se financia con los impuestos de todos los ciudadanos y debe de estar, por tanto, al servicio del pueblo.
Los Andalucistas hemos criticado esta forma de gobernar desde que tenemos representación municipal, encontrándonos siempre con el muro incomprensible de la mayoría absoluta. El Ayuntamiento convoca plazas de oferta pública de empleo con escasa información a los ciudadanos, pero no obstante se informa a los amigos. Se aprueban las ventas del Patrimonio Municipal sin el concurso de los partidos de la oposición, evidentemente porque el PP tiene la mayoría. En más de una ocasión se han pedido créditos cuantiosos que engordan las deudas municipales, y que provocan veladas subidas de impuestos.
Otro aspecto grave del hacer de esta mayoría absoluta es cómo se utiliza a los trabajadores municipales en asuntos partidistas como el reparto de prensa propagandística y folletos con fines políticos.
Si nos oponemos con la mayor firmeza a estas mayorías absolutas, es porque el bipartidismo fáctico, con el eficaz concurso de la regla D’Hont, favorece de manera descarada la constitución de estas mayorías absolutas parlamentarias, que no sociales, y que son más que negativas. Liberados del deber de moderarse y de buscar alianzas, los gobiernos locales de mayoría absoluta se caracterizan invariablemente por su soberbia, su arbitrismo y su desdén hacia las minorías, que difícilmente pueden hacer valer sus propuestas a la sociedad. Como siempre, el pueblo soberano tiene en su voto la solución.
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