5 de septiembre de 2014

Andalucía, ante la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local


   La crisis también va a generar importantes consecuencias sobre la organización territorial del Estado. La necesidad de hacer ajustes para controlar el déficit, la deuda y la ingente cantidad de desempleados que existe ha propiciado un debate populista sobre reducción de administraciones, recortes por doquier y ataque sistemático a la clase política, escudo muchas veces para las medidas del gobierno de Madrid, planteándose un debate muy peligroso, de corte populista, muy nocivo para la democracia. Es preciso que los Andalucistas no contribuyamos al mismo y seamos profundamente respetuosos con las reglas democráticas practicando la crítica más decidida pero no el populismo barato del que hacen gala algunos partidos políticos.

    Entendemos que la receta única, para todos los ayuntamientos por igual, no puede funcionar. Andalucía es un hecho diferencial, con una demografía muy particular dentro del cómputo global del Estado. La tremenda crisis económica que nos asola, nos coloca a la cabeza del desempleo en Europa, nos obliga a orientar nuestras acciones hacia la creación de empleo, fomentando la economía e incentivando nuestro escaso tejido productivo.

   Existe un hecho diferencial, se llama Andalucía, tiene un territorio y una población muy particular, resaltando el hecho de que en Andalucía la mayor parte de la población se encuentra en ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitantes. Nuestro Estatuto de Autonomía regula las competencias que se distribuyen al pueblo andaluz y no estamos dispuestos a perder ni  un  ápice  de  nuestra  Autonomía.

  La defensa del Estado del Bien-estar es una constante histórica en el discurso Andalucista que siempre apostó porque el Estado corrigiera los desequilibrios que el mercado generaba, pero también es el respeto a ese libre mercado y la confianza en la sociedad civil como generadora de actividad económica y empleo.

    La política ultraliberal del Gobierno del PP, que aprovecha la crisis económica para desmantelar por la vía de los hechos el estado del bienestar, no solo pone en tela de juicio el modelo de Estado Social que propugna el Art. 1 de la CE, a la que tanto hacen referencia cuando les interesa, sino que además cuestiona el mismo funcionamiento democrático al presentar esas medidas como las únicas posibles, de obligado cumplimiento y al margen de la ciudadanía.

   Los Andalucistas consideramos que es necesaria una regulación de los  sueldos  de los cargos públicos y el número de liberados y funcionarios eventuales de las corporaciones municipales, en función de la población. Existe además una razón de necesidad de reducir administración pública para evitar duplicidades, con lo que sintonizamos así con una buena parte de la opinión pública que ve como peligran ciertos derechos por exceso de gasto público superfluo, al tiempo que atacamos al verdadero y constante peligro institucional del federalismo cual es el centralismo y su estructura provincial.
   Debemos hacer un mayor esfuerzo en volver a colocarnos a la vanguardia del estado, con una posición política clara, a favor del municipalismo y de un mayor autogobierno, de la eliminación de los vestigios del centralismo, a favor del federalismo y de una administración única. La posición y el discurso andalucista debe ser más nacionalista que el de PSOE, IU y PP.

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